Mis discos preferidos

Al contrario que mucha gente, no soy un gran fanático de escuchar canciones sueltas. Comprendo los LP como un conjunto y los aprecio como tales. Desde hace ya bastantes años (me hago viejo :D) ha habido ciertos discos que me han marcado un antes y un después y que no he podido dejar de escuchar una y otra vez:

Nirvana: Unplugged

Kurt Cobain siempre ha asegurado que para él sacar ese disco fue un error, pero mis oídos nunca podrán pensar lo mismo. Quizá sea importante para mí porque fue el primer disco que aprecié y que de cierto modo me ayudó a empezar a ver la musica de un modo distinto. No poco tiempo antes era un chaval que escuchaba a los Backstreet Boys (que por siempre jamás aseguraré que eran superiores a las Spice Girls, por cierto).

The Strokes: Is this it

En esa época miraba mucho la MTV, cuando aún ponían música, y el videoclip de Last Nite era emitido continuadamente. Muchos otros grupos hay que sigo escuchando de la época, también Red Hot Chilli Peppers con su californication o los Foo Fighters sobre todo con sus singles que siempre me han parecido muy pegadizos. The Strokes me marcaron en el estilo de música que seguiría escuchando más tarde.

Arctic Monkeys: Whatever people says I am, that’s what I’m not

Curiosamente cuando me bajé el segundo disco de The Strokes, en cuanto tuve dinero me lo compré, me vino un pequeño polizón llamados los Arctic Monkeys con cinco canciones de un grupo autoproducido que poco después sacaron su primer LP bajo la firma de Domino music, quienes ya tuvieron a bien de editar el disco de otro de mis preferidos: Franz Ferdinand. Quizá su música no sea muy profunda (tienen una canción titulada All the people are vampires), pero qué importa, y tiene un rock muy bailable. Comentar además que su segundo disco, aunque continuista, no se quedó atrás en calidad.

Banda sonora de My Name is Earl

Una buena forma de escuchar buenos discos de música relativamente variada son las bandas sonoras. En este caso fue la banda sonora no oficial de Me llamo Earl que, aunque en su conjunto no estaba del todo bien compuesto, muchas de las canciones independientes me marcarían por siempre consiguiendo que empezara a mirar de verdad al rock más clásico (como Led Zeppelin o The Doors) o al rock sureño (Kings of Leon).

The Doors: The Doors

Muchos estarían de acuerdo en que este disco es uno de los mejores de la historia. Cada canción es perfecta, su composición está conseguida, es variado en estilos (desde el blues clásico de Back Door Man al rock más puro en Break on through (to the other side)). También incluye dos de mis canciones preferidas: Soul Kitchen y sobre todo The End.

The Black Keys: Thickfreakness 

A éstos los conocí a través de la banda sonora de Sons of Anarchy. Había otros grupos interesantes, pero de todos ellos el único que consiguió interesarme más allá de una o dos canciones fueron éstos. Tienen un sonido sucio propio del garage, pero con un rollo del rock sureño clásico (aunque son de Ohio). Aunque todos sus discos me encantan, algo que en pocas ocasiones me pasa, éste, el primero, es pura dinamita y si no fuera por su versión de “Have love will travel” (versionada por muchos, pero que merece ser escuchada por The Sonics) rozaría para mí la perfección.