Pide un deseo

Una de las reflexiones más estúpidas, por lo poco fructíferas, que suelo hacer es lo que le pediría a un genio maravilloso que me concediera tres deseos. ¡Decidme que no soy el único!

Desde deseos totalmente filantrópicos como la paz en el mundo, que se termine el hambre, que se termine el egoísmo que ataca como la más cruda e interminable de las plagas hasta sorbernos hasta el último de nuestros buenos deseos; hasta otros mucho más egoístas. ¿A quién no le gustaría ser más guapo, más listo, tener más éxito o el pene de Rocco Sifredi?

Pero tras muchas horas pensativas, me he dado cuenta de que por encima de todo, por encima de las habilidades aprendidas y las aptitudes personales, está la suerte. ¿Qué tal si pudiéramos pedir como único deseo ser la persona con más suerte del mundo?

De esta manera, aun siendo una persona más fea que la Esteban de recién levantada, tendríamos a una persona increíblemente guapa, inteligente y que nos querría por lo que somos. Tendríamos el trabajo que más nos gusta, seríamos valorados y cobraríamos bien. Es más, por pura suerte todo esto se nos daría bien. Los eternos errores científicos serían grandes logros, como el de Flemming y la penicilina. ¿Que alguien viene a atracarnos? No pasa nada, por pura churra toserías en el momento en que dispara la pistola y sin querer le darías un cabezazo al más puro estilo Jackie Chan.

La suerte está con nosotros y nada nos va a parar, porque no es ni el dinero ni el amor ni la salud, sino la suerte lo que da la felicidad.

Comentarios

Flor ha dicho que…
le mo pido!
Elena y sus Neuras ha dicho que…
Pufff...yo soy muy avariciosa. Yo pediría tener muchos deseos. Y de filantropia poca, sería extremadamente egoísta.

A ver quien me gana en sinceridad.

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