Pasión

En el arte, tanto en la escritura como en la música, como en el cine o lo que sea, lo importante es la pasión. Las ganas que uno le ponga a algo. Por eso siempre he intentado escribir cuando realmente he sentido la inspiración, y cuando me he esforzado es cuando peores resultados he tenido, al menos de autosatisfacción. Así que, pensando un poco en mis temas más recurrentes del blog, me doy cuenta de lo que realmente me apasiona.

Me apasiona la justicia, me apasionan el pensamiento crítico y las reflexiones profundas, me apasiona la ciencia, me apasionan las artes marciales, me apasiona la verdad. Me apasiona la música que me hace vibrar, me apasionan las películas que me hacen pensar, me apasionan los libros que consiguen sumergirme en un mar de pensamientos del color de la tinta negra.

Soy un yonki en una autopista al infierno. Soy el padrino de los juegos de rol. Soy el Houellebecq de la Tierra Media. Mi vida es una escalera al cielo parametrizada por Albert Einstein. Soy el V de un mundo feliz y el cerdo de tu última noche. Soy quien pide que enciendas mi fuego en la oscuridad de una ciudad de pecado.

Pero sobre todo soy un hombre enamorado. Enamorado de tu sonrisa y tu mirada profunda, de tu risa y tus labios, de tu cuerpo y tu rostro. Soy un hombre de pasión.