El pesimismo español

En la actualidad, España tiene una generalizada sensación de que lo de fuera siempre es mejor. No es un secreto que si dices que has hecho un máster en cualquier universidad estadounidense, por muy cutre que sea, tiene mucho más prestigio que si lo haces en la complutense.

El hecho de que nuestros personajes estandarte, el rey o los más importantes cargos políticos, lleven a sus hijos a realizar los estudios fuera no ayuda. ¿Cómo pueden hablar de lo mucho que está mejorando la educación en España a la vez que los hijos de turno estudian en las mejores universidades del mundo?

Porque podréis decir que para el estudiante universitario típico español existen becas erasmus que permiten la movilidad por Europa. Sí, de acuerdo, pero al menos para mi carrera no existe la opcíon de irse de erasmus a Cambridge o a Oxford.

Hay una buena razón por la que las élites llevan a sus hijos a las universidades elitistas: contactos. Hacerse amigo del hijo del CEO de aquella importante multinacional puede significar un futuro puesto de trabajo de gran responsabilidad y más gran sueldo con el que perpetuar un estatus social privilegiado frente a la clase media o baja que en el mejor de los casos estará becado. ¿Por qué si no balas perdidas como George W. Bush han conseguido llegar adonde han llegado?

Vivimos en un mundo de enchufismo y, en general, lo aceptamos. Porque siempre es mejor poner a alguien de quien tengas confianza y conozcas para un puesto de trabajo, importante o no, que uno que esté mejor cualificado. Más vale malo conocido que bueno por conocer. Lo dicho, vivimos en la cultura del pesimismo.