Una lágrima

Buenas! Sigo actualizando el blog igual de poco (pero lo voy haciendo ^^). Hoy toca un relato corto, lo he escrito hace relativamente poco. No lo he revisado más que una vez y por encima, así que sed permisivos con las erratas que a veces se escapan.
Espero que dejéis vuestros comentarios. Quién sabe, si me mantenéis contento de comentarios (¡hoy me han comentado el diálogo!) puede que actualice más a menudo y todo.
Bueno, saludos. Espero que os guste.

UNA LÁGRIMA, por Demóstenes

Una gota resbalaba por la mejilla. Era una lágrima de pena, de dolor y desesperación. Resbaló hasta tocar un metal sucio y apestoso, una pistola que se hincaba en la garganta provocándole más arcadas de las que su sufrimiento ya le producía.

No valía la pena dejar una nota, no tenía nada que decir a nadie. Tenía amigos, pero no lo suficientemente buenos; sus padres le querían, pero no les importaba que se vieran sólo en fechas señaladas y el resto de su familia era simplemente inexistente para él.

“Tengo una vida de soledad, aunque siempre esté rodeado de mucha gente.”

Con el cañón metido hasta el fondo de su boca no podía hablar, pero al menos así paraba de chillar de desesperación. Los gritos que había proferido no habían perturbado a nadie, de hecho nadie en el futuro los recordaría. En un piso con paredes de cartón la gente había aprendido a oír pero no escuchar a sus vecinos.

Tenía apenas 30 años, vivía solo, tenía dinero que obtenía trabajando en una oficina muy aburrida, no era especialmente feo. Pero probablemente era la persona más desgraciada de la zona en ese momento.

Se había dado cuenta de que ya no tenía ningún objetivo en la vida. La rutina había suprimido sus instintos, su vida ya no le valía nada y lo peor es que al darse cuenta de ello ni siquiera se puso como meta intentar tener una vida un poco más emocionante.

“Si ya sé que no necesito vivir más, ¿para qué seguir viviendo?, ¿Por qué torturarme?”

El chasquido del gatillo al ser apretado fue seguido por una pequeña explosión de pólvora y luego por el sonido de la bala al atravesar la garganta y romper los huesos de la columna vertebral para llegar hasta la nuca.

“Mientras escuchaba cómo la bala me atravesaba me di cuenta de que la lágrima no era de dolor ni de desesperación, si no de miedo.”

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
cuando ya no queda nada x perder,
queda todo x ganar :)

solo hay que querer intentarlo...



saludos
Demóstenes ha dicho que…
No entiendo muy bien a qué te refieres "coo", pero de todos modos, gracias por haberme leído ;)
Anónimo ha dicho que…
jajaja
A veces mi brevedad no teermina de completar mi idea....
A lo que iba era a que cuando alguien llega a ese límite ,creo, es porque se piensa que no hay nada que perder...que se está solo...
pero mi visión es que cuando pasa eso queda todo por ganar...solamente hay que tener la voluntad de querer intentarlo..





saludos!
y por ahora es un placer leerlo :)
Demóstenes ha dicho que…
Quien ya no tiene nada que perder, lo puede arriesgar todo para ganar, que total no perderá nada xD, comprendo. Aunque bueno, el personaje del relato... no pensaba tanto, digamos que es un pesimista.

Bueno, gracias por leerme, síguelo haciendo de vez en cuando, no escribo muy a menudo... aunque anticipo que en breve pondré otra cosita.
Maria Mari ha dicho que…
a mi no sólo me caería una lágrima de miedo, yo dirctamente ya me cagaba!!!

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